domingo, 26 de agosto de 2018

...y si es difícil, es para mí.


Esta soy yo. Según mis cálculos con 1 año y 3 meses, en la playa, ahí está el mar. Siempre el mar.
Seguramente tenía palita, baldecito, juguetes….pero no, la gorda quería jugar con este tronco enorme, pesado, casi imposible de levantar.
Sin elegirlo, siempre elegí los caminos más difíciles, como Caperucita que eligió el camino donde estaba el lobo.
Debe ser por el movimiento constante que tuve, aunque a la edad que tenía en esta foto mi vida era bastante apacible.
Reconozco que a veces sí lo elegí. Por ejemplo: viviendo a 20 cuadras de una Universidad, me fui a estudiar a otra que quedaba a casi dos horas en colectivo desde mi casa. Es que tenía el dato de esa, de la gente que trabajaba ahí, y sobre todos, de la gente que estudiaba ahí. Eso quería para mí, no lo cómodo, lo mío.
Ese es sólo un ejemplo. Ahora también elegí ser madre de una de las maneras más difíciles: adoptando. Soltera, en una ciudad lejana para mí (500km) pero con el mismo fondo de la foto: EL MAR.
Elegí viajar semana tras semana hasta allí. Estuve de acuerdo en que la vinculación durara 6 meses.
Y así es mi vida ahora. De micro en micro, de calle en calle. Teniendo una vida acá y otra allá.
Tengo tres sonrisas que me esperan cada semana. Tengo tres corazones que me reclaman. Nada va empañar esto porque eligiendo los caminos difíciles, por mucho que lo sean, todo me salió siempre bien.
Esta vez no será diferente. Como dije hace un tiempo: cuando la situación se complica…ME GUSTA MÁS. Tendré que hacer mucha fuerza, tanta como para levantar ese tronco.