Por estos
días estoy teniendo las primeras salidas con mis pekes. Y como el título lo
dice no es divertido ni romántico…es real. Hay muchos momentos divertidos y
muchísimos momentos sumamente emotivos, pero no es fácil para nadie. Ni para
mí, ni para ellos.
De a poco
empezamos a conocernos realmente, con nuestros mejores deseos y nuestras peores
virtudes. Empiezan a entrelazarse las historias, las de ellos y la mía.
Nuestros miedos, sobre todo nuestros miedos están a flor de piel en cada
encuentro. Y el miedo duele. Algunos podemos decirlo y otros lo demuestran de
alguna manera.
Por mi
parte, no puedo contar mucho más. Ah! Sí! Que conseguí un departamentito muy
chiquitito allá y pronto vamos a tener nuestro primer nidito, donde
compartiremos meriendas, tardes y luego noches juntos. Será algo más parecido a
la vida real.
Mientras
tanto mi corazón sigue disfrutando todo lo que se puede y mi cabeza no para de
proyectar el mañana, el pasado, la próxima semana, la próxima salida, nuestras
primeras tardes en esa primera casita para llegar finalmente, a nuestro primer
fin de semana acá, en nuestra casa que ya no es más mía sola.