viernes, 27 de marzo de 2020

Si nos queremos, nos extrañamos.


Cuarentena día diez? Cien? Mil?
Parentescos. Tema difícil. Hace 1 y casi 4 meses que vivimos juntos y aún no pueden establecer la relación entre mi mamá, mi papá, mi hermana, mi sobrina y yo. Mucho menos la relación de cada uno con ellos. Que la abuela es la abuela lo tienen claro, y hasta ahí llegamos. Que mi papá vendría a ser su abuelo ya es complicado. Pero lo más difícil de entender es que mi hermana no esté, que la abuela haya perdido a su hija, eso no les entra en su cabeza ni en su corazón.
Renuncié, por ahora, a seguir explicándoles quiénes son mis primas, y sus hijos, y sus nietos. A algunos de ellos los vieron una sola vez y todos juntos (primas-hijas-nietos).
Y cómo entenderlo?
Sus padres biológicos no tenían familia extendida. Algunos amigos eran sus tíos y sus hijos, obviamente, sus primos. A otros designaron padrinos y madrinas y ellos deducen que sus hijos eran también sus primos.
Y cómo entenderlo?
Bajé los seis o siete álbums de fotos familiares…. Con algunas de las fotos les contaba anécdotas. Pues bien, fueron para ellos lo que para mí fueron las clases de física en la secundaria, jamás entendí de qué se trataban.
La peke es la que más siente estos días de encierro. Llora religiosamente todos los días por motivos diversos. “quiero que todo vuelva a ser como antes”, dijo un día en medio de una rabieta porque extrañaba la ubicación de los muebles de la pieza. Y ese “antes” no fue “su infancia”(como ella llama a los años vividos con su familia biológica), el antes fue hace 15 días, cuando íbamos a la escuela.
Entre tantas angustias ayer me pidió dormir conmigo. Dormimos abrazadas, cantando la Canción para bañar la luna. A eso de las 6 de la mañana, yo ya estaba despierta desayunando en la cocina y aparece llorando: “la pieza de ellos estaba llena de ranas y serpientes”. Cuando se calmó le dije: Andá a dormir que es muy temprano_. Caminó dos pasos como para volver a mi cama grande, lo pensó mejor y cambió el rumbo: fue a dormir a esa pieza, que en sus sueños era peligrosa pero que despierta, no cabe duda, es lo más reconfortante que existe en el mundo, en este mundo tan injusto y peligroso en donde los besos y los abrazos hoy son un riesgo mortal. Porque ni la peste más peligrosa que exista podrá jamás dar miedo, ante la  seguridad de la hermandad.