Cuarentena día diez? Cien? Mil?
Parentescos. Tema difícil. Hace
1 y casi 4 meses que vivimos juntos y aún no pueden establecer la relación
entre mi mamá, mi papá, mi hermana, mi sobrina y yo. Mucho menos la relación de
cada uno con ellos. Que la abuela es la abuela lo tienen claro, y hasta ahí
llegamos. Que mi papá vendría a ser su abuelo ya es complicado. Pero lo más
difícil de entender es que mi hermana no esté, que la abuela haya perdido a su
hija, eso no les entra en su cabeza ni en su corazón.
Renuncié, por ahora, a seguir
explicándoles quiénes son mis primas, y sus hijos, y sus nietos. A algunos de
ellos los vieron una sola vez y todos juntos (primas-hijas-nietos).
Y cómo entenderlo?
Sus padres biológicos no
tenían familia extendida. Algunos amigos eran sus tíos y sus hijos, obviamente,
sus primos. A otros designaron padrinos y madrinas y ellos deducen que sus
hijos eran también sus primos.
Y cómo entenderlo?
Bajé los seis o siete álbums
de fotos familiares…. Con algunas de las fotos les contaba anécdotas. Pues bien,
fueron para ellos lo que para mí fueron las clases de física en la secundaria,
jamás entendí de qué se trataban.
La peke es la que más siente
estos días de encierro. Llora religiosamente todos los días por motivos
diversos. “quiero que todo vuelva a ser como antes”, dijo un día en medio de
una rabieta porque extrañaba la ubicación de los muebles de la pieza. Y ese “antes”
no fue “su infancia”(como ella llama a los años vividos con su familia
biológica), el antes fue hace 15 días, cuando íbamos a la escuela.
Entre tantas angustias ayer me
pidió dormir conmigo. Dormimos abrazadas, cantando la Canción para bañar la
luna. A eso de las 6 de la mañana, yo ya estaba despierta desayunando en la
cocina y aparece llorando: “la pieza de ellos estaba llena de ranas y
serpientes”. Cuando se calmó le dije: Andá a dormir que es muy temprano_. Caminó
dos pasos como para volver a mi cama grande, lo pensó mejor y cambió el rumbo:
fue a dormir a esa pieza, que en sus sueños era peligrosa pero que despierta,
no cabe duda, es lo más reconfortante que existe en el mundo, en este mundo tan
injusto y peligroso en donde los besos y los abrazos hoy son un riesgo mortal.
Porque ni la peste más peligrosa que exista podrá jamás dar miedo, ante la seguridad de la hermandad.