Pandemia. Tiempo
de estar solos. Tiempo de estar juntos, andando.
Aunque no
caminemos hacia ningún lado, y quizás por eso, estamos dando vueltas y vueltas
todo el tiempo sobre nuestras huellas.
Las mías
caminando sola en una gran casa. Las de ellos…quién sabe. O sí, sólo ellos las
conocen.
Afloran los
recuerdos cada vez más nítidos. Primero en uno y los otros dos reconocen ese
recuerdo, le agregan más datos, más anécdotas, más personas, más pasado. Y yo,
tratando de entenderlo, de sentirlo, queriendo ser parte de ese pasado, aunque más no sea, con sus relatos.
Algunas veces me
llega a mí la nostalgia de esa vida tan rica en lo social que ahora ya no
tengo. Otras, la de aquella soledad que tanto bien me hacía.
Algunas veces les
llega a ellos la nostalgia de esa vida tan rica en lo social que ahora también
lo es, pero está suspendida. Otras, la de aquella soledad que aunque no era
tal, tanto mal les hacía.
Y así estamos,
andando, creciendo.
Hoy la pequeña le
preguntó a la mayor: _Cómo es crecer ? _.
Y sólo quien lo
está transitando, quien lo está festejando y al mismo tiempo padeciendo, quien
está viendo cómo sus hermanitos están cada vez más lejos de sus juegos, de sus
distracciones, de sus intereses, puede contestar ese gran interrogante: _ Es
querer hacer cada vez más cosas sola_.
Así está y así
estamos: cada día más cerca alejándonos, pisando nuestras propias huellas para
encontrarnos una vez más.
Y así estoy yo,
volviendo a ser quien era, y no.