Voy a escribir lo que yo
pienso y siento y eso depende de mí, de mi historia y de la historia de mis
pekes, y eso sólo lo sé y lo siento yo y mis pekes.
Pienso que…
El término MAMÁ viene de
AMAMANTAR.
Yo no les dí de mamar a estos
tres niños. Ellos tienen una mamá y vivieron sus primeros 6,4 y 3 años de vida
con ella, pegaditos como los canguros. Ellos son niños muy inteligentes y muy
memoriosos. Conocieron, vivieron y recuerdan mucho a su mamá. Varias veces los
escuché decir: “así me lo enseñó mamá”, “tengo el color de piel de mi mamá”, “como
me daba de comer mi mamá”.
A horas de llegar de
nuestras primeras vacaciones de verano,lo
que más les gustó después de una semana de muchos estímulos fue VOLVER A VER EL
MAR.
Hace poco alguien publicó una
foto con su hija adoptiva cumpliendo 16 años y junto a ellas, el regalo de
cumpleaños: la mamá biológica.
Si bien desde el inicio de
nuestra vinculación la más pequeña, por ese entonces 5 años, nos designó “la
mamá de antes” y “la mamá de ahora”, a veces se refieren a ella como “la mamá
verdadera”y yo les pregunto quién es la mamá falsa, fruncen el ceño y ahí queda picando la pelota hasta que afirmo "la mamá de antes". La mamá a la que extrañan. La mayor (hoy 10 años) tiene la
inquietud de saber si ella estará bien, si habrá podido resolver sus problemas.
En varias oportunidades me han
preguntado si esto me replantea mi rol de madre, si me lo hace cuestionar, si
me duele… y lo contesto ahora: NO.
Cuando decidí formar una
familia por medio de la adopción, (y si hubieran sido hijos biológicos), no lo
hice pensando en una posesión. Lo repito una vez más: la única posesión que
quise para mi vida era MI casa.
Mis hijos no son mis
posesiones, son personitas que necesitaban una familia justamente porque eran
personitas, niños que no pueden crecer sin un adulto. Yo era una persona adulta
que DESEABA (no que necesitaba) formar una familia.
Que legalmente se nos designe
como MADRE, pienso que es otro tema. Los amo, sí, y mucho…. Tanto que ni yo sabía que podía amar tanto.
Me aman, sí y mucho…. Tanto que ni ellos sabían que podían amar tanto a
alguien, además de a su mamá.
La diferencia entre ella y yo,
es que ella NO PUDO seguir maternando. Y no me voy a explayar en esto porque
quien no quiere (o no puede) entender que hay gente que no tiene las mismas
oportunidades que otras, no lo va a entender.
Todos tenemos falencias y
debilidades. Algunos tienen herramientas para resolver qué hacer y otros no y eso depende de las oportunidades que se hayan tenido.
Yo soy la mamá de ahora, la
que los ama, la que los educa, la que les está marcando el camino como quiere,
tratando de que sean lo más autónomos posibles para cortar la carne con
cuchillo y tenedor, y para decidir dónde, cómo y con quién quieren vivir su adultez.
Y mientras tanto sueño, deseo
y ya me emociono, pensando en el día en que nos toque a nosotros sacarnos ESA
foto.