miércoles, 2 de diciembre de 2020

Todo el mundo sufre a veces…


Este brindis va por los que tenemos,
brindemos también porque ojalá estuvieras aquí.
Los brindis traen de vuelta todos los recuerdos,
recuerdos de todo por lo que hemos pasado.
Un brindis por los que estamos hoy aquí,
y el mismo brindis por los que perdimos por el camino.
Los brindis traen de vuelta todos los recuerdos,
y los recuerdos nos traen de vuelta,
y los recuerdos te traen de vuelta a mí.

Todo el mundo sufre a veces,
todo el mundo sufre a veces.
Pero todo va a salir bien,
adelante, alza un vaso y di:

Este brindis va por los que tenemos…

Maroon 5 Memories

Dos años ya de aquel gran viaje hacia una vida distinta. Distinta para ellos y distinta para mí.

Este aniversario nos encuentra encerrados pero ya no tanto, agotados de nosotros mismos pero  amándonos cada vez más.

Recordamos juntos esos últimos días de nuestra vida anterior. Mis preparativos, sus preparativos. Nos reímos y lloramos al mismo tiempo, son instantes.

Este aniversario lo vamos a festejar pintando la puerta de entrada a casa… El portón negro se convierte ahora en un portón de colores brillantes y formas propias. Una entrada única, como cada uno de nosotros: los que tenemos. Pero traspasando la puerta de  entrada, cada noche, vuelven a aparecer los que perdimos en el camino…

Dos años conmigo, pero sin “los otros”. Y la ausencia de los otros duele… tanto, tanto, tanto como dolía tenerlos.

Hoy el brindis es distinto. No brindamos sólo por nuestra felicidad, también brindamos con la esperanza de que estén bien los que ya no están.

Y duele…tanto, tanto, tanto como siempre dolió… y dolerá.

 

 

 

 

viernes, 23 de octubre de 2020

La identidad es un derecho irrenunciable.

 

En la noche del día de la identidad, nos fuimos a dormir pero una hora después hubo uno de esos sobresaltos que duelen en el alma.

“Unas personas malas” nos separaban, le disparaban a mamá y nos llevaban a cada uno a una familia distinta. Pipo y Reina (nuestros perritos) mordían a esas personas pero les disparaban. Estábamos muy tristes porque nos llevaban a vivir a otro lugar y nos cambiaban el nombre a todos.

Para la mayoría conocer-se es fácil y agradable, otros deben trabajar mucho para recoger los pedazos y volver a armarse.

Y están los que no pueden saber quiénes son.

La identidad es un derecho irrenunciable.

Aún muchos argentinos necesitan conocer su historia desde la verdad.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Chulito, Flor de la Selva y Corazón Rosado.


Cuando alquilé el departamento para transitar nuestro primer espacio de convivencia, llevé 3 peluches, uno para cada peke. Se los presenté como sus compañeros para dormir.

Siguiendo mis medidas indicaciones, cada noche que dormimos ahí, se aferraban a sus muñecos.

Al venir a pasar su primer fin de semana a NUESTRA casa, trajeron a sus muñecos abrazados en el auto durante casi todas las horas de viaje (6 o 7 horas fueron). Y así volvieron a su ciudad.

El día que egresaron del hogar la mudanza del departamento ya la había hecho unos días antes, así que cuando entraron y fueron a sus piezas, se encontraron a sus compañeros de viaje esperándolos a cada uno es su cama.

Ellos no pueden dormir separados. Ya me resigné a que las nenas duerman en una habitación y el varón en otra. Lo intenté de mil maneras, y en todas esas ocasiones, el varón llevaba a su muñeco a su nueva pieza y dormía aferrado a él-las pocas horas que lograba conciliar el sueño-.

Hace 7 meses que estamos encerrados en casa los tres están emocionalmente tan bien! Tan relajados! Se pelean una vez cada dos o tres días, lo que ya me está pareciendo “poco normal” tratándose de 3 niños de edades tan seguidas, hermanos, sin escuela, sin paseos…

Sin embargo vienen cada tanto pequeñas crisis, miedos, tristezas, recuerdos, rencores, aburrimientos, resignaciones. Y hace pocos días me di cuenta que los tres, ante estas situaciones, están aferrados a sus muñecos. Como lo llamó él, hace un tiempo, ”mi compañero en los cambios”.

Tenemos a Corazón Rosado en el médico porque se le salió la nariz, pero ella, que siente y comprueba que su cuerpo está cambiando, que se pinta los ojos, que quiere tener las uñas largas, que prueba diferentes peinados para ver con cuál  “parece más grande”… reclama igual su muñeco para dormir.

Cuántas cosas vistas con miradas de adulto no tienen la explicación lógica que esperamos … sólo hay que poder agacharse un poco para verlo tan claramente!

 

viernes, 4 de septiembre de 2020

Todo es para siempre.


 

Una tarde, durante la vinculación, estábamos los cuatro charlando y uno le dijo al otro: qué largas tenés las uñas!!! Y se empezaron a mirar las uñas y a mirármelas a mí. Cuando les pregunté quién les cortaba las uñas, las respuestas fueron:

_Yo me las corto sola_.

_A mí me las corta ella (su hermana de 8)_.

_Yo me las como_.

Seguimos charlando más o menos de lo mismo y les explico que cuando vivieran conmigo yo se las iba a cortar y que, además, les iba a enseñar a cortárselas. Ahí me tomó la mano, me la apretó fuerte y me dijo: _Gracias, Ana! Gracias por todo, pero por todo!_.

Pasaron casi dos años desde esa tarde.

Hoy salí a hacer trámites y prometí volver con las uñas de colores para las nenas, que querían desde el día del niño. Y no sabía qué comprarle a él, que dicho sea de paso, también se pone a veces uñas postizas para jugar. Y aquí está: un alicate con una carita feliz, sólo para él.

En medio de este encierro, con la total paz y alegría que se respira en esta casa las 24horas, apareció un sueño muy feo, desesperante, con gritos, llantos… NO NOS SEPAREN, POR FAVOR, NO NOS SEPAREN!!!!

Ya tranquilos todos-yo también- hablamos. Estamos todos convencidos de que ya nadie nos puede separar, pero de todas maneras, el miedo vuelve.

“La jueza decía que vos no podías ser nuestra mamá porque una mujer sola con tres nenes no puede, tiene que haber un papá. Venía la jueza con la policía, vos te quedabas sola y a nosotros nos llevaban a cada uno a un hogar distinto”. Intentando derribar eso les digo que la jueza me eligió sabiendo que no iban a tener papá, ahora no podría ser esa una razón para separarnos.

“_Es que vos estás haciendo las cosas mal, mamá. Nos dejás jugar con la tablet, nos das comidas ricas, ropa y hasta una cama. Además ella se enteraba que hacía meses no nos mandabas a la escuela_.”

Y aquí estoy yo contenta,  los veo crecer para arriba y por adentro. Viviendo una etapa en la que todos recordaremos con tristeza por todo lo que perdimos o, al menos suspendimos por un tiempo indeterminado. Pero sigo pensando que nuestros chicos siguen sintiendo que no son merecedores de sus derechos… si “hasta una cama” tienen.

A los pocos días de conocerlos, la chiquita me dijo que se imaginaba su casa con una cama muy grande donde entremos todos juntos, con almohadas cómodas y frazadas calentitas. Casualmente por estos días prefirieron juntar dos colchones en el piso y dormir los tres ahí. Juntos, abrazados, calentitos y sobre todo seguros. Seguros ante esta noche que no parece terminar más.

Parece un torbellino de pensamientos entre fantásticos y reales, se enoja y disfruta al mismo tiempo, pasa del llanto a la risa en cuestión de segundos… así. Así agradece el “todo”, y así también teme que todo…sea demasiado.

jueves, 14 de mayo de 2020

¿Cómo es crecer?


Pandemia. Tiempo de estar solos. Tiempo de estar juntos, andando.
Aunque no caminemos hacia ningún lado, y quizás por eso, estamos dando vueltas y vueltas todo el tiempo sobre nuestras huellas.
Las mías caminando sola en una gran casa. Las de ellos…quién sabe. O sí, sólo ellos las conocen.
Afloran los recuerdos cada vez más nítidos. Primero en uno y los otros dos reconocen ese recuerdo, le agregan más datos, más anécdotas, más personas, más pasado. Y yo, tratando de entenderlo, de sentirlo, queriendo ser parte de ese pasado, aunque más no sea, con sus relatos.
Algunas veces me llega a mí la nostalgia de esa vida tan rica en lo social que ahora ya no tengo. Otras, la de aquella soledad que tanto bien me hacía.
Algunas veces les llega a ellos la nostalgia de esa vida tan rica en lo social que ahora también lo es, pero está suspendida. Otras, la de aquella soledad que aunque no era tal, tanto mal les hacía.
Y así estamos, andando, creciendo.
Hoy la pequeña le preguntó a la mayor: _Cómo es crecer ? _.
Y sólo quien lo está transitando, quien lo está festejando y al mismo tiempo padeciendo, quien está viendo cómo sus hermanitos están cada vez más lejos de sus juegos, de sus distracciones, de sus intereses, puede contestar ese gran interrogante: _ Es querer hacer cada vez más cosas sola_.
Así está y así estamos: cada día más cerca alejándonos, pisando nuestras propias huellas para encontrarnos una vez más.
Y así estoy yo, volviendo a ser quien era, y no.

viernes, 27 de marzo de 2020

Si nos queremos, nos extrañamos.


Cuarentena día diez? Cien? Mil?
Parentescos. Tema difícil. Hace 1 y casi 4 meses que vivimos juntos y aún no pueden establecer la relación entre mi mamá, mi papá, mi hermana, mi sobrina y yo. Mucho menos la relación de cada uno con ellos. Que la abuela es la abuela lo tienen claro, y hasta ahí llegamos. Que mi papá vendría a ser su abuelo ya es complicado. Pero lo más difícil de entender es que mi hermana no esté, que la abuela haya perdido a su hija, eso no les entra en su cabeza ni en su corazón.
Renuncié, por ahora, a seguir explicándoles quiénes son mis primas, y sus hijos, y sus nietos. A algunos de ellos los vieron una sola vez y todos juntos (primas-hijas-nietos).
Y cómo entenderlo?
Sus padres biológicos no tenían familia extendida. Algunos amigos eran sus tíos y sus hijos, obviamente, sus primos. A otros designaron padrinos y madrinas y ellos deducen que sus hijos eran también sus primos.
Y cómo entenderlo?
Bajé los seis o siete álbums de fotos familiares…. Con algunas de las fotos les contaba anécdotas. Pues bien, fueron para ellos lo que para mí fueron las clases de física en la secundaria, jamás entendí de qué se trataban.
La peke es la que más siente estos días de encierro. Llora religiosamente todos los días por motivos diversos. “quiero que todo vuelva a ser como antes”, dijo un día en medio de una rabieta porque extrañaba la ubicación de los muebles de la pieza. Y ese “antes” no fue “su infancia”(como ella llama a los años vividos con su familia biológica), el antes fue hace 15 días, cuando íbamos a la escuela.
Entre tantas angustias ayer me pidió dormir conmigo. Dormimos abrazadas, cantando la Canción para bañar la luna. A eso de las 6 de la mañana, yo ya estaba despierta desayunando en la cocina y aparece llorando: “la pieza de ellos estaba llena de ranas y serpientes”. Cuando se calmó le dije: Andá a dormir que es muy temprano_. Caminó dos pasos como para volver a mi cama grande, lo pensó mejor y cambió el rumbo: fue a dormir a esa pieza, que en sus sueños era peligrosa pero que despierta, no cabe duda, es lo más reconfortante que existe en el mundo, en este mundo tan injusto y peligroso en donde los besos y los abrazos hoy son un riesgo mortal. Porque ni la peste más peligrosa que exista podrá jamás dar miedo, ante la  seguridad de la hermandad.

domingo, 16 de febrero de 2020

La mamá verdadera.


Voy a escribir lo que yo pienso y siento y eso depende de mí, de mi historia y de la historia de mis pekes, y eso sólo lo sé y lo siento yo y mis pekes.
Pienso que…
El término MAMÁ viene de AMAMANTAR.
Yo no les dí de mamar a estos tres niños. Ellos tienen una mamá y vivieron sus primeros 6,4 y 3 años de vida con ella, pegaditos como los canguros. Ellos son niños muy inteligentes y muy memoriosos. Conocieron, vivieron y recuerdan mucho a su mamá. Varias veces los escuché decir: “así me lo enseñó mamá”, “tengo el color de piel de mi mamá”, “como me daba de comer mi mamá”.
A horas de llegar de nuestras primeras vacaciones de verano,lo que más les gustó después de una semana de muchos estímulos fue VOLVER A VER EL MAR.
Hace poco alguien publicó una foto con su hija adoptiva cumpliendo 16 años y junto a ellas, el regalo de cumpleaños: la mamá biológica.
Si bien desde el inicio de nuestra vinculación la más pequeña, por ese entonces 5 años, nos designó “la mamá de antes” y “la mamá de ahora”, a veces se refieren a ella como “la mamá verdadera”y yo les pregunto quién es la mamá falsa, fruncen el ceño y ahí queda picando la pelota hasta que afirmo "la mamá de antes". La mamá a la que extrañan. La mayor (hoy 10 años) tiene la inquietud de saber si ella estará bien, si habrá podido resolver sus problemas.
En varias oportunidades me han preguntado si esto me replantea mi rol de madre, si me lo hace cuestionar, si me duele… y lo contesto ahora: NO.
Cuando decidí formar una familia por medio de la adopción, (y si hubieran sido hijos biológicos), no lo hice pensando en una posesión. Lo repito una vez más: la única posesión que quise para mi vida era MI casa.
Mis hijos no son mis posesiones, son personitas que necesitaban una familia justamente porque eran personitas, niños que no pueden crecer sin un adulto. Yo era una persona adulta que DESEABA (no que necesitaba) formar una familia.
Que legalmente se nos designe como MADRE, pienso que es otro tema.  Los amo, sí, y mucho…. Tanto que ni yo sabía que podía amar tanto. Me aman, sí y mucho…. Tanto que ni ellos sabían que podían amar tanto a alguien, además de a su mamá.
La diferencia entre ella y yo, es que ella NO PUDO seguir maternando. Y no me voy a explayar en esto porque quien no quiere (o no puede) entender que hay gente que no tiene las mismas oportunidades que otras, no lo va a entender.
Todos tenemos falencias y debilidades. Algunos tienen herramientas para resolver qué hacer y otros no y eso depende de las oportunidades que se hayan tenido.
Yo soy la mamá de ahora, la que los ama, la que los educa, la que les está marcando el camino como quiere, tratando de que sean lo más autónomos posibles para cortar la carne con cuchillo y tenedor, y para decidir dónde, cómo y con quién quieren vivir su adultez.
Y mientras tanto sueño, deseo y ya me emociono, pensando en el día en que nos toque a nosotros sacarnos ESA foto.

jueves, 6 de febrero de 2020

El umbral de dolor.


La más chiquita suele encontrarse moretones y chichones y no recuerda bien cuándo ni cómo se golpeó. Se parece a mí que me esguincé varias veces un tobillo y hasta llegué a desgarrarme un hombro sin saber cómo. La más grande me hizo temblar una mañana con un dolor de panza que me hizo pensar en una peritonitis fulminante cuando sólo era un gasesito atravesado. Una tarde, en la escuela se golpeó el pie y su llanto me hizo empezar a accionar el celular para ubicar a los dos chiquitos mientras corriéramos al hospital porque como mínimo, tenía fractura. Tres mimos después estaba caminando como si nada hubiera pasado.
Mis tres pekes vinieron del hogar con unas cuantas ropitas. Aquí recibieron bastante ropa de gente amiga, más las que le regalaban en los cumpleaños. Las familias voluntarias, luego de su egreso y en nuestros viajes a su ciudad por temas administrativos, les compraron ropa también. En definitiva, los roperos de mis pekes explotan.
Las nenas quieren vestirse iguales…. “queremos que se vea que somos hermanas”… (como si no se viera en sus rostros!!! –son idénticas-). El varón no acepta bajo ningún punto de vista, usar remera sin mangas. Pero los tres siempre tuvieron preferencia por “la ropa de antes”. Esa es la ropa que traían del hogar, pero también la ropa que les regalaron las personas de su ciudad después del egreso.
Mis pekes son muy pequeñitos y delgados. La más chiquita es un poco más chica que la talla de su edad.
Hace un año y dos meses que están aquí…. Y en un año y dos meses vienen creciendo bien, según la pediatra. Los dos mayores aumentaron un número más de calzado y la más chiquita cambió un talle en este año (y no de toda la ropa).
La ropa y juguetes que no usan, las regalamos a distintos hogares y merenderos.
La remera de plantas vs zombies se la compré a mi hombrecito cuando estaban por venir a vivir aquí. La de los superhéroes, cuando fuimos a ver bailar a sus hermanas al teatro, aún en la etapa de vinculación. La rayada del capitán América la trajo del hogar. Las lavé y las planché con mucho más amor que de costumbre.
Cuando digo: _vamos a ponerla con la ropa para regalar al hogar_ frunce el ceño. Justo él, que en palabras dice que no quiere nada que le recuerde al “antes”.
Y aquí estamos…. Creciendo, entendiendo, presintiendo el futuro, recordando el pasado y, en parte, también añorándolo.
Y aquí estoy yo, lagrimeando con unas remeritas en la mano. Unas remeritas que, de golpe, me hicieron bajar unos cuantos escalones mi umbral de dolor.