Si les
pregunto: con qué soñaban cuando tenían 7 años? Piensen, traten de recordar.
Yo, por
ejemplo, soñaba con tener una cartuchera con cierre relámpago, con ser
escritora y con que alguna calle del barrio de Flores, algún día, llevara mi
nombre.
Este fin de
semana lo pasé en Buenos Aires por primera vez en meses. Es que este fin de
semana vinieron ellos a mi casa, a su casa.
En cuanto
abrimos la puerta nos recibió mi mamá, expectante por conocer a sus nuevos
nietos. Con sus temores y sus ansiedades, ella, la más valiente, abrió la
puerta: NUESTRA ABUELITA!!!!!!! Gritó la más chiquita. Y los cuatro se
enredaron en un abrazo lleno de amor, como si se conocieran desde siempre.
Después
recorrieron la casa, encantados con sus habitaciones repletos de juguetes que
estaban colmados de cariño, porque ninguno era comprado. Todos regalados por
gente que me quiere, por gente que los quiere. Juguetes de sus hijos, de sus
nietos…
Aparecieron
los perros, uno de ellos muy viejito, ciego y sordo, enfermo…y de repente se
vio envuelto por unos bracitos chiquititos. Hubo un poco de miedo, un poco de
desconfianza y un poco de mucha mucha mucha satisfacción ante tantas lamidas de
bienvenida.
Fueron
cuatro días donde la ansiedad (la de todos) se tranformó en una calma inesperada,
la tranquilidad (la de todos) de estar EN CASA.
Nos tocó un
día de mucha lluvia y, sin embargo, jugamos, comimos, miramos tele… como
seguramente hicieron todos ustedes.
Conocieron
a la madrina y los padrinos que les faltaba conocer. Al nuevo primito, de la
misma edad de ellos. Fuimos a ver el clásico Boca-River a una confitería que
tiene pelotero, y jugaron y se divirtieron mucho con el padrino mago que hacía
desaparecer un pañuelo rojo.
Las noches
fueron calmas y no tanto. Hubo varias veces en que se me aparecieron al lado de
mi cama: NO ME PUEDO DORMIR… y el sólo contacto físico con la persona que
durante 4 días los bañó, y fue la misma que les hizo la comida, y fue la misma
que los despertó, y fue la misma que los acostó, bastó para volver a conciliar
el sueño.
Felicidad,
alegría, seguridad, confianza, eso, todo eso fue lo que pasó este fin de
semana.
Pero la
última noche no fue igual. Sabíamos que al día siguiente volveríamos a hacer el
gran viaje para volver a la institución que los albergó durante casi dos años.
Que los albergó con amor, con cuidados, con responsabilidad. A la que tienen
mucho que agradecerle pero…estar EN CASA no es lo mismo.
Ana: Sabés
con quiero soñar esta noche?
Con ESE
PAPEL que tiene que firmar la jueza para que nos quedemos a vivir aquí.
Así sueñan
algunos chicos de 7 años…
Que preciosos momentos. Me hubiese encantado estar mas cerca, compartir más con vos o acompañarte en ese hermoso camino. Cuanta felicidad debe haber en esos corazones hoy!!! Te quiero amiga!!!
ResponderEliminarYo también te quiero flaco!
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