Por estos
días les comento a los chicos que me llamó la abogada para decirme que está un
poco más adelantado el trámite para completar la adopción. Para mi sorpresa,
ante este comentario, los tres celebran con gritos, aplausos y saltos por toda
la cocina. Y falta poco para que tengamos tu apellido? Síiiii!!!! Seguimos
comiendo y charlando de otras cosas y en eso mi hombrecito, mi filósofo,
aprieta sus puños como lo hace siempre que su cabeza y su corazón se
encuentran, y dice: -Estoy muy emocionado porque pronto vamos a “perder”
nuestro apellido anterior.
Él es la
voz de todo niño adoptado. Él, con todas sus dificultades para adaptarse a una
nueva vida, es el que más claramente expresa el dolor. Tan chiquito y tan qué
sé yo qué! Hace unos cuantos días venía teniendo rabietas importantes en la
escuela. Ahora me pregunta varias veces al día:- no es cierto que nunca me vas
a dejar? Y quiere que se lo repita muchas veces. Necesita escuchar muchas veces
al día esa frase tan simple: NUNCA TE VOY A DEJAR. Y lo que más me retumba en
la cabeza es que después de escucharla me responde: YO TAMPOCO TE VOY A DEJAR
NUNCA A VOS.
Mi princesa mayor, allá por marzo tenía mucho miedo de la escuela porque
“no sabía las tablas de multiplicar”. Pero entró con confianza y esta escuela
le gustaba porque estudiaban números romanos y “normales”, nada más. Pero el
mes de mayo trajo las operaciones, y aparecieron ellas: las innombrables.
Verifico
que ciertamente no sólo no sabe las tablas sino que no tiene idea de qué se
trata el tema, y empiezo despacito a enseñarle trucos y a darle actividades
livianitas para que tome confianza. Ya sabe multiplicar por 2 y por 3. Me pide
cuentas, muchas, con números muy altos… Le encontró la vuelta y yo recién ahora
le encuentro la vuelta al SABER. En su carita de felicidad al ver el BIEN al
lado de cada ejercicio; en el brillo de sus ojos alegres al exclamar: Y esto
era multiplicar?????!!!!!!
Se sabe
inteligente, se sabe apoyada, se sabe protegida, se sabe amada.
Los días
corren tranquilos, las noches no tanto.
Seguimos de
pie, SABIENDO que nos amamos cada día más.
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