viernes, 14 de junio de 2019

Cada día más...


Por estos días les comento a los chicos que me llamó la abogada para decirme que está un poco más adelantado el trámite para completar la adopción. Para mi sorpresa, ante este comentario, los tres celebran con gritos, aplausos y saltos por toda la cocina. Y falta poco para que tengamos tu apellido? Síiiii!!!! Seguimos comiendo y charlando de otras cosas y en eso mi hombrecito, mi filósofo, aprieta sus puños como lo hace siempre que su cabeza y su corazón se encuentran, y dice: -Estoy muy emocionado porque pronto vamos a “perder” nuestro apellido anterior.
Él es la voz de todo niño adoptado. Él, con todas sus dificultades para adaptarse a una nueva vida, es el que más claramente expresa el dolor. Tan chiquito y tan qué sé yo qué! Hace unos cuantos días venía teniendo rabietas importantes en la escuela. Ahora me pregunta varias veces al día:- no es cierto que nunca me vas a dejar? Y quiere que se lo repita muchas veces. Necesita escuchar muchas veces al día esa frase tan simple: NUNCA TE VOY A DEJAR. Y lo que más me retumba en la cabeza es que después de escucharla me responde: YO TAMPOCO TE VOY A DEJAR NUNCA A VOS.
Mi princesa mayor, allá por marzo tenía mucho miedo de la escuela porque “no sabía las tablas de multiplicar”. Pero entró con confianza y esta escuela le gustaba porque estudiaban números romanos y “normales”, nada más. Pero el mes de mayo trajo las operaciones, y aparecieron ellas: las innombrables.
Verifico que ciertamente no sólo no sabe las tablas sino que no tiene idea de qué se trata el tema, y empiezo despacito a enseñarle trucos y a darle actividades livianitas para que tome confianza. Ya sabe multiplicar por 2 y por 3. Me pide cuentas, muchas, con números muy altos… Le encontró la vuelta y yo recién ahora le encuentro la vuelta al SABER. En su carita de felicidad al ver el BIEN al lado de cada ejercicio; en el brillo de sus ojos alegres al exclamar: Y esto era multiplicar?????!!!!!!
Se sabe inteligente, se sabe apoyada, se sabe protegida, se sabe amada.
Los días corren tranquilos, las noches no tanto.
Seguimos de pie, SABIENDO que nos amamos cada día más.


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